Las enfermedades que afectan al corazón y al sistema circulatorio resultan ser la principal causa de muerte a nivel mundial tanto en hombres como en mujeres. El 12 de marzo es la fecha escogida para tomar conciencia sobre la importancia de controlar el riesgo cardiovascular y desde la Clínica queremos aprovecharlo para recordar que el riesgo cardiovascular también es cosa de mujeres.
El infarto y la angina de pecho son enfermedades que típicamente se han relacionado con la población masculina. Sin embargo, la OMS indica que, casi la mitad de las muertes de mujeres en el mundo entero, son provocadas por las enfermedades cardiovasculares.
Riesgo cardiovascular y salud femenina
Las hormonas femeninas juegan un papel cardio-protector en la salud femenina. Sin embargo, después de la menopausia, esta protección desaparece y hay que tener especial precaución.
La reducción de los niveles de estrógeno tras la menopausia hace que el riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca aumente. Esta disminución hormonal hace que existan niveles más bajos de “colesterol bueno” y más altos de “colesterol malo”. Por ello, es importante cuidarse aún más en esta etapa vital.
Prevención de la enfermedad cardiovascular tras la menopausia
La reducción de estrógenos en la menopausia es algo que no se puede modificar, aunque existen diferentes autocuidados a los que prestar atención para mantener nuestra salud cardiovascular.
Dejar de fumar es fundamental para cualquier mujer que quiera cuidar su salud. Al año de dejar el tabaco, el riesgo de infarto o angina se reduce en un 50%. Por tanto, esta medida es prioritaria para el cuidado del corazón.
Mantener a raya los niveles de tensión arterial, colesterol y azúcar es igualmente importante. La dieta mediterránea, la reducción del consumo de carnes y ultra procesados y aumentar el de frutas y verduras, junto con la práctica de ejercicio físico de forma diaria promueve la prevención de hipertensión, hipercolesterolemia y diabetes.
Por último, el cuidado de la mente también mantiene un papel fundamental en este proceso. La depresión y la ansiedad afectan más a las mujeres. Ambas pueden favorecer la práctica de malos hábitos, además de aumentar la tensión arterial y suponer un esfuerzo para el corazón.
Recuerda que el riesgo cardiovascular también es cosa de mujeres y que cualquier momento es bueno para empezar a cuidarse. En la Clínica Universitaria, contamos con diferentes programas que pueden ayudarte en tu autocuidado, como el servicio de cuidados cardiovasculares, fisioterapia y psicología.