¿Sabes para qué sirven los cuentos?

Los libros son una manera de relacionarnos con el mundo, ya que como personas pensamos, hablamos, nos comunicamos y aprendemos del medio que nos rodea. A medida que crecemos, tenemos la necesidad de saber qué es lo que nos está pasando por dentro, las “cosas” que sentimos, pensamos, hablamos, comunicamos y aprendemos, es decir, reflexionamos y nos cuestionamos sobre lo que nos pasa por dentro.

Los cuentos son…

historias que nuestra mente escucha. Es una actividad que ayuda a comprender lo que vivimos día a día, y nos proponen diferentes formas de resolver problemas, de comprender lo que nos rodea, de interactuar con nuestro ambiente. Intentamos entender o buscar semejanzas entre las historias que se escuchan con lo que sucede de manera cotidiana, para hacer todo de una manera diferente.

¿En qué nos ayudan?

Cuando escuchamos un relato, intentamos ajustar la información que nos llega para darle un fin, resolver un conflicto, y así sacar un aprendizaje. Cada persona puede interpretar un cuento de manera diferente en su interior, dependiendo de su experiencia, su rutina y los roles que lleve a cabo en su qué hacer diario. Las metáforas ayudan a expresar problemas y conflictos y le dan características sensoriales y motoras. Nos crean imágenes mentales que nos ayudan a entender cómo puede funcionar nuestro cerebro.

 Por ejemplo, si piensas durante un momento en tu trabajo, lo imaginas como… ¿una cadena  de hierro? ¿un viento de aire fresco y suave? ¿una guerra salvaje permanente? ¿un invento interesante que usted creó? Estas percepciones son imágenes que estás viviendo mentalmente, creando activaciones en tu cerebro que facilitan habilidades como la creatividad, imaginación, atención, etc.

Todas estas habilidades favorecen la realización de actividades diarias de manera más adaptativa, como un reto, como un “coser y cantar”, aumentando o disminuyendo la dificultad, aumentando o disminuyendo la manera de manejar el tiempo en la actividad e incluso potenciando la percepción que tenemos nosotros mismos.

Los Cuentos y las fábulas nos enseñan algo…

 Nos enseñan maneras de sacar adelante el trabajo, de hacer las actividades de una manera beneficiosa y adecuada e incluso a cómo desenvolvernos con los amigos, familia, y la sociedad en general. Exploramos las actividades de los personajes de la historia y reflexionamos sobre cómo hacen esas actividades, llevamos a la acción cualquier beneficio que veamos en la historia que se cuenta y nos emocionamos con el resultado si es positivo.

La estructura de un cuento busca resolver un conflicto.

 Ese conflicto primero viene representado con una introducción, con la manera en que se desarrolla el problema y finalmente el desenlace. Todos estos pasos,  que se pueden observar en las películas y libros, se asemejan con la habilidad de resolver los problemas diarios, pero que muchas veces pasan desapercibidos por el disfrute que provoca la historia.

Los más pequeños y pequeñas aprenden por observación, y a medida que crecen esa habilidad se acentúa completándose con la experiencia previa. En las historias, pasa algo parecido, es una experiencia añadida que se está proporcionando a la mente para que tenga herramientas cuando resuelve los conflictos.

¿Cómo puedo aplicar los aprendizajes a las actividades de MÍ día a día?

Si se quiere hacer una actividad que cuesta o no se hace (como puede ser el trabajo, los estudios o el juego en los niños y niñas) primero hay que contar un cuento que se asemeje a los problemas que se encuentran; después hay que observar la manera de resolver los problemas; y posteriormente destacar, a la hora de planificar dicha actividad, lo que se ha aprendido por observación. Repetir y seguir escuchando o contando historias y cuentos, para que se recuerden las habilidades que se quieren desarrollar, y disfrutar de todo este aprendizaje.

El cuento sirve a todo el mundo.

Son aptos para todas las edades, aunque es verdad que existe un mayor uso en edades infantiles y juveniles debido a que su modo de aprendizaje es la exploración y el juego. En el Área de Terapia Ocupacional de la Clínica Universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos empleamos el uso del cuento para hacer de manera diferente algunas actividades y reducir los problemas que provocan en nuestro día a día los síntomas y las dificultades clínicas.