Frenar el Bullying es cosa de todos
El acoso escolar o bullying no es un fenómeno nuevo, aunque desde hace algunos años somos más conscientes de las terribles consecuencias que puede tener para quienes lo sufren.
Es muy importante que todos, ya seamos maestros, padres, hermanos o amigos, conozcamos en qué consiste el acoso escolar y estemos preparados para prevenirlo, identificarlo y tomar las medidas necesarias.
¿En qué consiste el Bullying?
Se puede definir el acoso escolar o «bullying» como conductas de acoso psicológico y físico que sufren algunos niños y adolescentes en el entorno escolar. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, es más frecuente durante la adolescencia y las agresiones pueden extenderse a lo largo de meses e, incluso, años.
El bullying implica conductas agresivas (físicas, verbales o psicológicas) intencionadas y repetitivas hacia un niño/a o adolescente, que van minando su confianza y la autoestima. Las víctimas suelen ser personas inseguras, con pocos recursos para enfrentar la situación o defenderse. En muchas ocasiones se recurre a alguna característica que hace diferente a la víctima y se usa como pretexto para el ataque. Puede ser el aspecto físico, llevar gafas, la manera de hablar o vestir, etc.
Uno de los rasgos más destacables del bullying es el predominio de poder del acosador sobre la víctima. La víctima siente miedo y va desarrollando sentimientos de baja valía personal, aislamiento, decaimiento, etc. que desembocan en problemas de rendimiento académico y en el entorno familiar y social.
¿Qué tipos de Bullying existen?
Normalmente, se suele dar una combinación de varias de las siguientes situaciones:
- Agresiones físicas: pueden incluir contacto físico como empujones, zancadillas, pegar un chicle en el pelo, o sin contacto físico, como robar las pertenencias o deteriorarlas.
- Agresiones verbales: incluyen todo lo relacionado con la comunicación verbal como insultos, hablar mal de esa persona y extender rumores falsos, ponerle motes, etc.
- Agresiones psicológicas: son las conductas que afectan directamente la autoestima de la víctima, conductas de intimidación, chantaje, manipulación, persecución y amenazas entre otros.
- Agresiones sociales: consiste en excluir a la víctima o no relacionarse con ella en un contexto de grupo haciendo sentir a la víctima no aceptada o abiertamente rechazada, llevándola a sentirse aislada aun estando en un grupo.
- Bullying sexual: es el acoso hacia la persona mediante cualquier tipo de conducta agresiva, pero con la particularidad de que se utiliza contenido sexual.
- Bullying cibernético: se refiere a cualquiera de los tipos de acoso pero utilizando como medio las redes sociales y los dispositivos tecnológicos más frecuentes. Debido al gran alcance de éstos, la información puede ser distribuida fácilmente a mucha gente y en poco tiempo lo que genera aún más daño a la víctima.
¿Cómo puedo detectar el Bullying?
Es importante que la propia víctima sea consciente de que está sufriendo bullying. Si existe malestar por situaciones sucedidas con algún compañero, especialmente si se dan de manera repetitiva, es importante contárselo a alguien de confianza para poder valorar si ha sido un suceso puntual o si, por el contrario, nos encontramos ante algo más grave.
Como ocurre en otros tipos de maltrato, las víctimas suelen minimizar la importancia de los hechos en fases iniciales e, incluso, pueden llegar a pensar que la culpa de lo que les está pasando es suya.
Los compañeros de clase que presencien situaciones de bullying o noten que alguno de sus amigos se comporta de manera extraña, está aislado o triste, deben compartirlo con profesores, padres u otras personas, para que puedan actuar en defensa de la víctima. Igualmente, las familias deben estar atentas a cambios en la conducta de los niños como, por ejemplo, que de pronto no quieran ir al colegio, se muestren apáticos, no quieran salir con sus amigos, etc.
¿Cómo afecta el bullying a nivel psicológico?
Las consecuencias del bullying pueden variar de un caso a otro, pero siempre son negativas. Algunas de las más comunes son:
- Ansiedad generalizada y estados de estrés que hacen que la persona permanezca en un estado constante de alerta.
- Síntomas depresivos que pueden llevar a pensamientos suicidas.
- Baja autoestima, con pensamientos de culpa, dificultad para ser asertivo, para defenderse e incluso poder expresar su malestar a alguien.
- Bajo rendimiento escolar e incluso abandono escolar.
- En los casos más graves, las víctimas pueden llegar incluso a tener ideas o actitudes suicidas.
¿Es necesario acudir a un especialista?
Es muy importante contar con el apoyo de los familiares más cercanos, así como del personal docente del centro. También es recomendable la atención psicológica para paliar y tratar los efectos negativos que hayan causado esta situación de acoso en la persona. El daño producido por el acoso escolar se extiende mucho más allá del propio acoso y puede repercutir en la etapa adulta de la víctima, generando problemas de autoestima, dificultades para afrontar los retos de la vida, problemas emocionales, etc.
La terapia psicológica ayuda a los pacientes que han sufrido bullying a gestionar situaciones posteriores similares para evitar que las vivencias y sentimientos negativos que sufrió durante la etapa de acoso se revivan e influyan negativamente en la forma de abordar las relaciones o problemas de la vida.
Con terapia psicológica y en especial con terapia EMDR se pueden reprocesar los sucesos traumáticos y ayudar a conseguir un equilibrio emocional que le permita hacer frente al día a día con mayor eficacia y sentir que pueden volver a disfrutar de su vida.